Este taller lo tuvimos que realizar en dos sesiones, porque hay que dejar secar el papiro mínimo durante 12 horas para que esté totalmente seco.
Para la elaboración de nuestro papiro, hemos usado agua, café, cola blanca, folios y gasas. La primera parte es la más tediosa de las dos ya que es más lenta y también ensuciamos más, pero a los niños les ha gustado mucho y les ha encantado trabajar con diferentes texturas.
Una vez seco el papiro, los peques han dibujado en él el búfalo que hay en la cueva de Altamira y después lo han decorado con otros elementos típicos de las pinturas rupestres.
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